Nos permite conectar con nuestro cuerpo y con la energía del sol y del nuevo día. Precisamente de ahí viene su nombre: “surya” que significa sol y “namaskar” que significa saludo o prosternación.
Su práctica suministra, al igual que el sol, una potente energía que va al cuerpo y a la mente, por otro lado, a nivel fino, estimula y procrea una gran distribución energética, eliminando así ciertos bloqueos, ejecutarlo por la mañana es ideal, si nuestro horario no nos lo permite, merece la pena experimentar los beneficios de esta secuencia en cualquier otro momento del día y en cambio, si la finalidad es la práctica en sí misma, con un objetivo mental y espiritual, el ritmo será más lento. La respiración cobra más importancia y el movimiento se convierte en un acto espiritual de ofrenda, desarrollando la percepción y el contacto sutil.