Antes de nada, nos plateamos algunas preguntas que responderemos durante nuestro artículo: ¿Al ir a por un objetivo, disfrutamos o por el contrario nos sentimos presionados? ¿Cómo influyen nuestras emociones cuando realizamos un gesto deportivo? ¿De qué manera jugamos según nuestro estado de ánimo en ese momento?

Los deportistas presentan unos recursos que todos tenemos de fábrica (innatos) y que adquirimos con el tiempo ayudan de forma increíble en la consecución del objetivo pero no son suficientes debido a que también influye en gran medida las emociones. Cada vez más en la actualidad, vemos que las emociones influyen en diferentes ámbitos de la vida de un ser humano. Concretamente, las emociones juegan un papel importante en la vida de los deportistas y, directa o indirectamente, tienen influencia en aquello que quieren llevar a cabo. Es decir, la gestión emocional en los deportistas es importante.
Las exigencias que nos ofrece la competición, el elevado nivel de compromiso personal y la necesidad de rendir siempre al máximo han hecho que la preparación psicológica del deportista se convierta en algo tan necesario como puedan ser la preparación física o la preparación técnica.
La psicología deportiva es el sector de la psicología aplicada que estudia el comportamiento humano antes, durante y después de la actividad deportiva en relación a la personalidad, a la motivación, a las tasas de ansiedad y de agresividad, a las dinámicas de grupo en los deportes colectivos o también individuales. Debe producirse un proceso de aprendizaje para que el deportista pueda “controlar” positivamente sus emociones de manera que no influyan negativamente en el gesto deportivo.
La inteligencia emocional se puede aprender y así controlar emociones tan significativas en el mundo del deporte como la ansiedad, las presiones, los miedos (estrés) y la agresividad. Estas muchas veces son las razones por las cuáles disminuyen el rendimiento deportivo, ya que emociones negativas llevan consigo pensamientos también negativos.
La Inteligencia Emocional y el Deporte están estrechamente relacionados. Para Goleman (1996), las 6 habilidades que componen la Inteligencia Emocional y que deben ser trabajadas y aprendidas son:
- Autoconciencia. Hace referencia al conocimiento de nuestras propias emociones y cómo nos afectan.
- Control emocional. El autocontrol nos permite manejar nuestras emociones para que faciliten la tarea que estamos llevando a cabo, no dejarnos llevar por las emociones del momento.
- Automotivación. Utilizar nuestras preferencias más profundas para encaminarnos hacia nuestros objetivos, ayudarnos a tomar iniciativas y perseverar a pesar de las dificultades.
- Empatía. Saber interpretar las señales que los demás emiten de forma inconsciente y que a menudo son no verbales.
- Habilidades sociales. Cualquiera puede darse cuenta de que una buena relación con los demás es una de las cosas más importantes para nuestras vidas y para nuestra salud psicológica.
La aparición de la inteligencia emocional en los deportistas puede provocar menos bajas deportivas, aumento del rendimiento deportivo y menos abandonos, lo que hace que sea motivo de interés de estudio tanto para el entorno deportivo como para la sociedad en general.