Cuando hablamos de recuperación muscular nos referimos a la reconstrucción de las fibras musculares que han sido destruidas durante el entrenamiento. El desarrollo de tus músculos y tu rendimiento dependen mucho de la rapidez y la calidad con la que te recuperes. De esta manera, podrás empezar a entrenar antes y además, evitarás lesiones.

MÉTODOS DE RECUPERACIÓN

Masaje terapéutico/deportivo: El masaje es la técnica por excelencia usada en el ámbito de las terapias físicas, tanto como medida preparatoria para el ejercicio, como para la propia recuperación.
Hidroterapia: Esta técnica consiste en introducir parte del cuerpo, o todo en su defecto, en agua a diferentes temperaturas para lograr una mejora de la recuperación.
Prendas de compresión: La ropa de compresión comprime externamente el cuerpo a través de la presión aplicada a la piel y a la musculatura. En concreto, reducen el dolor muscular y aceleran la recuperación.
Estiramientos: Los estiramientos de autoliberación miofascial o “foam rolling” pueden liberar la tensión de los músculos para así favorecer a la recuperación y aumentar la movilidad.
Electroestimulación: Consiste en la generación de contracciones musculares mediante impulsos eléctricos producidos por un electroestimulador que se “conecta” al cuerpo a través de pequeños electrodos en la piel.

Además, otro factor esencial en la recuperación es la alimentación. Una combinación de nutrientes es clave para acelerar la recuperación muscular, sobre todo si hablamos de la proteína, encargada de reparar y reconstruir los músculos y tejidos.
Por último, la hidratación debe ser tu mayor prioridad, ya que el no estar hidratado puede causar fatiga, dolor de cabeza, estreñimiento y mareos.

RECUPERACIÓN MUSCULAR: Métodos de recuperación tras un entrenamiento de alta intensidad.

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