La calistenia también ofrece unos atractivos beneficios a las personas que deciden aplicarla en sus entrenamientos. Los más destacados, sobre todo a nivel muscular, son:
A diferencia del ejercicio anaeróbico en las máquinas del gimnasio, que potencia grupos musculares de manera aislada, con la calistenia se busca conseguir una mejora física a nivel global.
Si el objetivo es la definición muscular, la calistenia facilita este fin, debido a que cualquiera de sus tablas demanda la activación y la tensión constante de diferentes músculos.
El trabajo constante de la musculatura hará que progresivamente se mejoren los niveles de resistencia muscular, y que se puedan ir alcanzando mayores cargas de trabajo.
El ejercicio también favorece la quema de grasas y la pérdida de peso, y ayuda a conseguir un cuerpo no sólo más definido muscularmente, sino también libre de grasa.
La calistenia sólo requiere del propio cuerpo para ejercitarse, y por ello demanda ganar conciencia sobre el mismo. Esto genera que el deportista se habitúe a focalizarse en su musculatura, y se adapte a los ejercicios con una técnica lo más depurada posible para evitar posibles dolores. Este trabajo proporciona un beneficio claro tanto en la postura corporal –que reduce el riesgo de lesiones y problemas a largo plazo– como en el centro de gravedad, ya que se desarrolla el equilibrio.
La flexibilidad se potencia al ejercitar los músculos de manera habitual y tenerlos más trabajados, y se evita el sedentarismo y la atrofia muscular.
Las articulaciones también tienen su carga de trabajo. Y es que con la calistenia se consigue fortalecerlas y mantenerlas más activas, lo que implica una disminución paulatina del riesgo de padecer lesiones.
A través de este sistema de ejercicios se puede observar una mejora de la coordinación motriz general, ya que se trabaja entendiendo el cuerpo como un todo, y no como un conjunto de partes separadas.
La calistenia se considera un tipo de entrenamiento funcional, que ayuda a facilitar la vida cotidiana al obtener beneficios en movimientos básicos del día a día como, por ejemplo, agacharse flexionando las rodillas.
No se debe olvidar el aspecto puramente psicológico de la práctica de cualquier actividad física, que provoca la liberación de serotonina y endorfinas, que producen sensación de bienestar y felicidad.
RUTINA DE CALISTENIA

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