El objetivo de la RCP es prevenir el paro respiratorio y circulatorio y seguir un orden de prioridades de actuación de emergencia, este orden de intervención tiene como objetivo detectar la ausencia de una función vital y suministrar el aporte ausente, para ello se propone una Cadena de Actuación en situaciones de PCR, encaminada a restaurar la ventilación y circulación, es la llamada “Cadena de supervivencia”, se define como la secuencia de medidas destinadas a lograr la restauración de la circulación espontánea. Esta cadena está formada por los siguientes eslabones:

– Alertar (112): El SEM debe ser activado lo antes posible tras la detección de una parada cardiorrespiratoria (PCR) para acortar nuestro tiempo de actuación necesario con el resto de secuencia.
– RCP básica: valoración inicial de un paciente, la ventilación eficaz si el enfermo no respira y el masaje cardíaco externo son técnicas que se han de aplicar lo antes posible y hasta la llegada de un desfibrilador.
– Desfibrilador Precoz (DESA): proceso que se establece en la actualidad como el eslabón llave de la cadena de supervivencia.
– Cuidados avanzados: incluyen las medidas de Soporte Vital Básico más una serie de cuidados especializados que la optimizan como la intubación endotraqueal, desfibrilación manual, monitorización, acceso venoso, diagnóstico diferencial y tratamiento con fármacos.

¿Cómo realizar la RCP?
En caso de realizar la valoración inicial del paciente y comprobar que no respira, debemos iniciar el masaje cardíaco.
-Comprima firmemente al menos 5 cm de profundidad a una frecuencia de al menos 100/min
-Selle sus labios alrededor de la boca
-Sople firmemente hasta que el pecho se eleve
-Dé la siguiente respiración cuando el pecho baje
-Continúa la RCP (30:2)

Protocolo de RCP

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